domingo, 15 de diciembre de 2013

¡Alegría!

¡Hola, hola, hola!

Querido lector... ¡hoy es el Domingo de la Alegría! Me encanta este día, me encanta que la Iglesia dedique un día a la alegría. ¡Nada hay más propio en el cristiano que la alegría verdadera!, aquella que, como nos ha recordado el Papa en la Evangelii Gaudium, es la que bebe del corazón rebosante de Dios.

¡Alegría! Y me dirás, querido lector, que los sufrimientos y penas en la vida son muchos, y, es cierto... ¿quién está libre de una enfermedad grave, de dificultades en la familia, de problemas en el trabajo? Pero por encima de todo tenemos la certeza de que Dios está con nosotros en medio de esos sufrimientos, siempre, siempre está, cercano.

Solo cuando un corazón ha pasado por algo puede comprender a otro que está pasando por el mismo trance... ¡Si! El corazón de Dios es así, comprende todo porque ha pasado por todo, también por el desierto y la cruz. ¡Se ha hecho hombre! Compadece con nosotros en cada momento, entiende nuestros sufrimientos y dolores, hace suyas nuestras lágrimas, ríe con nosotros, vive la sorpresa con quienes nos sorprendemos. Dios es así, podemos estar seguros, ¡ahí está la verdadera alegría de los cristianos!, la que nada ni nadie puede quitarnos.

Porque... ¿Quién puede quitarnos el amor de Dios? ¿Qué puede hacer que Dios deje de caminar a nuestro lado? ¿Existe algo capaz de darnos una felicidad más grande? Se nos puede caer todo en la vida: personas, proyectos, ilusiones... ¡pero la alegría de Dios jamás! Y qué hermoso es saberlo y vivir con Él.

Sermones, discursos, demostraciones... La alegría es, querido lector, la mayor potencia evangelizadora. Cada persona puede conocer a Dios de muchas maneras pero... si no entra en esta verdadera alegría no llegará a Él. Nos creemos muchas veces que no valemos para llevar a Dios a otras personas... ¡es falso! Siempre que mostramos su verdadera alegría le estamos mostrando a Él. Todos podemos hacer esto, pero para ello hay que acudir a la fuente de esa alegría continuamente, poner a Dios en el centro, pues nadie da lo que no tiene...

Hasta otra entrada, amigo lector, ¡feliz domingo de la alegría! Y que Dios te bendiga.




1 comentario:

rocioesther dijo...

Que bonito has escrito, cada vez más Dios hace Bendiciones en tus palabras, que tu vocación toque muchos corazones, y llegue a más hogares con ESPERANZA, aprovecho para desearte FELIZ NAVIDAD!!!