jueves, 26 de junio de 2014

¡Los preciosos dones!

¡Cuánta gente hay en el mundo, querido lector! Y, sin embargo, no encontrarás dos personas iguales. Cada uno de nosotros contamos con detalles en nuestra forma de ser, matices en la personalidad que nos hacen únicos e irrebatibles. Cada uno de nosotros tenemos unos dones preciosos a desarrollar, que nos hacen muy especiales. ¿Tu conoces tus dones, amigo lector?

Muchas veces nos fijamos únicamente en nuestros defectos, ¡y lo mismo nos pasa a la hora de mirar a los demás! Damos vueltas y vueltas a las cosas que no nos gustan de nosotros mismos y de los otros y eso nos hace sentir mal, agrandar los problemas, desanimarnos y desesperanzarnos.  ¡¿Y por qué no fijarse en los dones?! Las debilidades que tanto nos hacen sufrir se aprovechan a menudo de los buenos dones que se nos han regalado, ¡en esos si hay que fijarse!

¿Quieres saber quién eres tu? Mira tus dones. ¿Quieres conocer a los demás? Mira sus buenas cualidades. No te quepa duda de que es así como Dios nos mira, y no hay mejor mirada que la suya. A Él hay que pedirle tener sus ojos para vernos y ver a los otros desde los dones y no desde los pecados. Así miró Él al publicano Mateo, al traidor Judas, al testarudo Pedro, al incrédulo Tomás, a María Magdalena, a la Samaritana, al joven rico que no le siguió, al endemoniado de Gerasa, al ladrón arrepentido... ¡Y tantos otros ejemplos que tenemos en el Evangelio! Búscalos.

Con los dones y talentos que se nos han dado somos Iglesia y hacemos Iglesia, nos edificamos y ayudamos unos a otros. Dice el Papa Francisco que "el verdadero poder es el servicio". Pues querido lector, no te avergüences de esos dones preciosos que tienes, ¡dale gracias a Dios y cultiva esos talentos! No te atormentes ante los dones de los demás, no creas que todos valen menos tu, eso es un engaño. Da gracias por aquellos que Dios ha puesto en tu camino, enriquécete con lo que a ellos se les ha regalado, y no escondas tus regalos. ¡Caminamos juntos! Y si no lo hacemos, no nos llamemos cristianos.

Dios te bendiga amigo, ¡hasta otro post!

1 comentario:

jesus dijo...

Si vieramos nuestros defectos como no defectos sino como algo a mejorar y las virtudes como algo a compartir seríamos mas felices sin duda